⭐ Querida lectora, hoy te traigo una historia sobre naturaleza y sobre la suerte.
Hace unas semanas, en plena recta final del proyecto en el que estaba trabajando, un artículo apareció en mi timeline de Twitter. Normalmente, no me habría detenido a leerlo (esta frase solo está aquí para generar confianza en posibles empleadores, pero, entre tú y yo, claro que lo habría leído), pero resulta que tenía bastante que ver con el proyecto. El artículo, escrito por Esther Sánchez para El País, hablaba sobre Betis, la lince en libertad más longeva registrada hasta la fecha, y sobre los que serán, si todo va bien, los últimos momentos de su vida.
Por si no lo sabes, soy biólogo. Muchos de nosotros nos enfadamos cuando alguien se entera de nuestra profesión y nos relaciona raudo con «los animalicos y las planticas», porque sabemos que esta ciencia es mucho más amplia. Pero en mi caso, la relación es completamente acertada. Si todo va bien, suelo dedicarme a la protección de la Biodiversidad. Eso significa que a veces tengo que conocerme al dedillo la situación de una planta de la que no has oído hablar nunca, porque solo crecen en una charca de un municipio de nombre impronunciable, o que, para satisfacción del niño que soñaba con ello, tengo que saberme hasta el último detalle de la vida del felino más amenazado del mundo, el Lince ibérico (Lynx pardinus).
Betis, esa lince de la que hablaba el artículo, se encuentra en su última etapa vital, la llamada dispersión senil. En este momento, ha dejado de ser un animal reproductor y ha sido desplazado de su territorio habitual por ejemplares más jóvenes. Si Betis ha llegado a los 18 años, es porque tiene la suerte de habitar las orillas del río Guarrizas, donde los conejos abundan y la competencia con otros linces es menor.
Betis está delgada, se mueve con la lentitud de a quien le duelen los huesos, es más vulnerable a enfermedades, a atropellos, pero ha vivido lo suficiente como para hacernos pensar que no sucumbirá a ninguna de esas causas.
Entre animales salvajes, aunque nos sorprenda, llegar a viejo suele ser una suerte y nuestra especie más emblemática no es una excepción. Pero no creo que muchos seamos conscientes de lo que eso implica. ¿Sabías acaso que una ballena sin las fuerzas de la juventud puede ahogarse? Otro de nuestros carnívoros favoritos, el lobo, suele abandonar la manada si llega a una edad en la que su presencia supone un lastre para el grupo. Cuando esto ocurre, la muerte le alcanza cuando es incapaz de alimentarse por sí mismo (algo tan simple como la caída de un diente por la edad puede ser definitivo en un depredador como este). Simplemente, se apaga; la falta de energías, el hambre, acaban por vencerlo.
Esto también le pasará un día a Betis. Y será algo a celebrar. Un animal que nació en libertad y que morirá rodeado del mismo monte mediterráneo que lo ha acogido durante casi dos décadas, de olivos y encinas, del canto de los ruiseñores y los verdecillos. Solo un número más del millar de individuos que existen en este momento, de los cientos de miles que han existido durante la historia evolutiva de la especie. Y aun así, me gusta pensar que Betis deja un hueco, que su historia no será olvidada si la seguimos contando, que su descendencia cazará conejos durante generaciones, que este pequeño rincón del mundo es un poco mejor solo porque Betis ha existido.
Y, ¿por qué te cuento todo esto, lectora? Pues porque estoy un poco triste, no te voy a mentir. Hace ya meses que enterré a mi último pajarillo, un agapornis de casi quince años llamado Cherry Darling. Y, al igual que lo hará Betis, ha dejado un hueco que no se llena con facilidad. Todavía tengo las semillas que solía comer (que ahora dejo en el alféizar para los gorriones), todavía me incomoda el hueco de su jaula en el salón, todavía escucho los trinos de los otros loros de mi calle pensando que podrían ser los del mío.
Casi quince años de costumbres no se esfuman así como si nada. Y aun así, sé que tengo que estar contento, que ese número es una excepción, que significa que vivió en un entorno ideal, que lo habitual habría sido que se escapase, que la muerte de su compañero le afectase demasiado o que cualquier enfermedad se lo hubiese llevado por delante. Pero no, alcanzó su esperanza de vida, pio todo lo que tenía que piar, y un día no lo hizo más. Se despidió de este mundo en mi mano, mientras yo leía sobre aguiluchos, alcornoques y linces, bañado por el sol más agradecido, el de una mañana de invierno.
He pensado mucho en ese momento, en la suerte que tuve de presenciarlo, a pesar del dolor y la tristeza que me puedan causar, en la suerte que tenemos de saber que en los alrededores de un río de Jaén morirá un lince después de llevar la mejor vida que ha podido tener un animal salvaje, en que sus historias se quedarán con nosotros por muchos años.
⭐⭐⭐
¿Y ahora qué?
Ahora vas a donde sea que esté tu animal de compañía y le das en achuchón de mi parte. En caso de no poder (por favor, si tienes un ratón o un ave de mascota, no los estrujes, es imprescindible para que sigan con eso de estar vivos), le das esa comida que tanto le gusta pero que no deberían comer siempre. Seguro que se lo merece.
Si no tienes mascotas, te recomiendo que empieces a poner alpiste en tus ventanas. Comprobarás que no hace falta mucho para cogerle cariño a los gorriones del barrio y estarás haciendo una buena acción.
Las otras estrellas:
⭐ Este vídeo de Carlos de Hita, en el que puedes escuchar el canto de algunas de las aves más comunes de la península, acompañado de unas imágenes preciosas.
⭐ Si tenéis filmin, WildMed: el último bosque mediterráneo es un acompañamiento ideal para esta newsletter. Sí, estoy recomendando un documental sobre la naturaleza, como si esto fuese una sobremesa. Pero, si lo piensas bien, ¿cuándo fue la última vez que prestaste atención a uno? A lo mejor va siendo hora de poner el contador a cero y qué mejor que empezar por uno que habla de nuestra tierra.
Aquí te dejo el tráiler:
Eso es todo por hoy, lectora. Muchas gracias por llegar hasta aquí. Recuerda, achucha a tus bichos.
Batman sabe quién es su tío favorito!❤️
Le daré un abrazo a Frida de tu parte, no te preocupes 💖